CATALINO RESTÓ

En un costado de El Cortijo Hotel Boutique se desplaza a lo largo, sobre una original pared de piedra adornada con esculturas de artistas norteños, este rincón gourmet. Aquí se pueden degustar los típicos sabores norteños con un toque de sofisticación. Abre todos los días, aunque sólo por la noche. Si uno quiere almorzar, puede hacerlo reservando con anticipación.
Los techos, con cañas y madera de cactus, típicos de las casas del valle, contrastan con las modernas mesas y sillas. La vajilla es vintage, con platos de porcelana de diferentes juegos, dotando de calidez y originalidad a esta experiencia.
De la carta degustamos: en la entrada, una tarta de cebolla caramelizada con quesos de los valles y hojas verdes de la huerta, luego una riquísima cazuela de cordero con papines andinos y para el postre un helado con manzanas asadas. Acompañamos esta cena con un rico vino de altura. Y es que cabe destacar que Catalino cuenta con una interesante carta de vinos de altura de los valles de las bodegas cercanas y de Cafayate.
También se pueden pedir algunos tragos.
El personal que atiende el restaurante es muy atento y simpático.

Servicios

• Bar.
• Restaurante abierto sólo por la noche.
• Organización de cenas o de almuerzos para grupos.
• Esacionamiento.
• Wifi.
• Aire acondicionado/calefacción.

Lo que nos encantó

• El ambiente es muy cálido, con coloridas alfombras en el piso y obras de arte en sus paredes.
• La carta tiene pocos platos pero con un buen mix de sabores.
• El restaurante no tiene vista a los cerros, pero es ideal para el clima frío del invierno de Cachi.